lunes, 27 de abril de 2015

Nuevo fragmento corto de "Entre el miedo y el amor"

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            A primera hora de la mañana, un chico joven con una gabardina apareció en la habitación con un impresionante ramo de rosas amarillas, tal como le gustaban a Marta, y un peluche de color rosa para la recién nacida. Estaban acompañadas de una tarjeta en su interior que decía:

            “Para la mujer más valiente y linda del mundo, la cual me ha hecho muy feliz y con la que deseo casarme. Eres mi vida, mi sol, mi amor, mi luna, el aire que respiro, la tierra que piso, la mejor de las tentaciones, mi todo. Quiero que sepas que siempre estaré a tu lado, siempre te querré y te amaré. Gracias por hacerme un hueco en tu vida, por permitirme compartir estos momentos tan entrañables e inolvidables. Estoy enamorado de ti, prendado de tus ojos, perlas de primavera”

            Marta no pudo contener las lágrimas. Él, sentado en un sillón a su lado y con la niña en brazos, admiró la emocionante reacción.
   ¡Sí, quiero casarme contigo! – especuló y expuso a continuación –. Me considero una persona muy afortunada teniéndote a mi lado, mimándome y queriéndome. Eres cuanto una mujer podría desear. ¿Qué más puedo pedir?


            Jesús se levantó, se allegó a la cama, raída por el uso y cubierta con sábanas blancas que todavía desprendían el olor a recién lavadas y planchadas, y la besó con galantería. 

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2 comentarios:

  1. ¡Qué bonito Sandra! Estoy deseando que salga la segunda parte de la historia de Marta y Jesús. Me ha encantado leer este pequeño fragmento.

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