jueves, 5 de junio de 2014

===UNA MALA NOCHE=== (primera parte)



         Era otoño y hacía frio. Había una niebla densa y húmeda, capaz de calar en mis huesos, a pesar de llevar una cazadora acolchada por encima de la blusa.
         Yo odiaba el turno de noche. Mi abuela siempre me había dicho que la noche era para dormir, y yo precisamente, no estaba haciendo eso. Claro que prefería el trabajo de calle a estar sentada tras un ordenador, cumplimentando denuncias o atendiendo el teléfono.
         Esa noche recibimos un chivatazo que parecía de fiar, pues la fuente era bastante segura. Un compañero estaba de vacaciones, a otro lo habían trasladado de comisaría  y otro tenía permiso, dado que habían ingresado a su esposa en el hospital para una operación. El Comisario Jefe nos llamó a su despacho con cara de malas pulgas, como cabía esperar. Sergio siguió mis pasos sin rechistar.
         Tan pronto entramos, mandó cerrar la puerta de cristal y ordenó que nos sentáramos, mientras él buscaba en su mesa la nota que le habían pasado minutos antes. Era una persona malhumorada, tediosa, fatigante y muy desordenada visto desde fuera. Pese a ello, siempre encontraba lo que buscaba en tiempo record.
        Nos han llamado hace poco más de diez minutos, en relación al caso “Tuerto”  – expuso con voz de mando, al tiempo que tomaba asiento en su sillón de cuero.
         Nosotros continuamos en silencio, pues sabíamos que no le gustaba nada ser interrumpido en plena exposición y haciendo uso del cargo que regía.  
        Todos sabemos de quién se trata, y de lo sigiloso y cauto que es. Trabaja casi siempre solo y utiliza diversas identidades. También conocemos algunos de sus disfraces más usados y los lugares que suele frecuentar  – señaló convencido de lo que contaba –. Llevamos mucho tiempo queriendo arrestarlo, y por diversas circunstancias, no hemos podido proceder a ello. Hoy se presentan todas las papeletas para que sea vuestra noche y consigáis atrapar a ese desgraciado ¿algún problema?
        No señor, no tenemos ningún problema ¿A dónde debemos ir? – preguntó Sergio.
        El soplo dice que está en el Hostal Lumbre. Lleva varios días alojado allí. Sale por las noches, casi siempre con sombrero Fedora o gorra.
        Eso queda por el centro, en el casco viejo – aseguré.
        Efectivamente – manifestó el Comisario –. Tened mucho cuidado, pues es una zona poco segura, con calles estrechas y callejones sin salida. No quiero sorpresas, quiero resultados y no admitiré ningún fallo ¿Está claro? – concluyó con un tono de voz rotundo.
        ¿Y cuántos iremos hasta el lugar? – preguntó mi compañero, pues sabía que la persona que perseguiríamos era peligrosa.
        Los que estáis ahora mismo aquí, reunidos conmigo. No cuento con más personal y no podemos dejar escapar la oportunidad. Será un mérito más para nuestra comisaría, que falta nos hace – concluyó esperanzando.
         Cuando nos dirigimos a nuestros puestos para coger la ropa de abrigo y los walkie-talkies, él volvió a hablar, fuerte y contundente.
        Ese individuo es posible que vaya armado hasta los dientes. Estad vigilantes – sentenció.
        Sí señor – contestamos a la par.
         Ya en el coche policial, charlamos sobre lo bueno que sería para todos aprisionar a aquella alimaña, a la cual llevábamos tiempo siguiendo pero siempre había conseguido escapar.

         Eran las dos y media de la madrugada y las calles estaban desiertas, solamente se escuchaba el movimiento que las hojas de los árboles hacían al resbalar sobre el suelo adoquinado. Debido a los recortes presupuestarios, el ayuntamiento había tomado la decisión anti popular de apagar el alumbrado público a partir de las dos de la madrugada, para así, ahorrar en el consumo eléctrico............ 


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